DEFINICION DE FE




Qué es Fe:

La fe es la creencia, confianza o asentimiento de una persona en relación con algo o alguien y, como tal, se manifiesta por encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad de aquello en lo que se cree. La palabra proviene del latín fides, que significa ‘lealtad’, ‘fidelidad’.
                            
Fe también significa tener confianza plena en algo o alguien: “Yo tengo fe en que los políticos encontrarán una solución a los problemas del mundo”.

En la práctica religiosa, la fe es fundamental. En este contexto se denomina fe al conjunto de creencias de una religión, en cuyo caso es equivalente a doctrina. Todas las religiones requieren de la fe.

Así, fe puede referir a la vez a 1) creer en algo y, 2) las cosas o principios en los que creemos.

Es, pues, bajo la fe que los creyentes aceptan como verdad absoluta los principios difundidos por la religión que profesan: la creencia en un ser supremo y el sometimiento a su voluntad divina.

La fe, por otro lado, también es sinónimo de religión o culto: fe islámica, fe cristiana, fe judía.

Asimismo, como fe se denomina la credibilidad que se ha otorgado a algo o alguien debido a la autoridad, fama o reputación de quien lo afirma: “El ministro dijo tener fe en que las negociaciones llegarían a buen término”.

Una fe, finalmente, es también un documento que certifica la verdad de algo y que solo puede ser emitido por funcionarios públicos debidamente autorizados: fe de soltería, fe de vida.



  
Fe en el cristianismo
En la fe se cimenta la creencia en la revelación de Dios propuesta por la Iglesia cristiana. En el cristianismo la fe es la principal de las tres virtudes teologales. Las otras dos virtudes teologales son la esperanza y la caridad.

Por medio de la fe la persona logra creer en la verdad revelada, esto es, en Jesús como el Mesías, Hijo de Dios. esta fe infunde los sentimientos de esperanza y caridad.

Se entiende también que la fe es un don que ha sido infundido en la persona por medio del Espíritu Santo. Ella conduce a la relación con Dios.

Esto implica que la fe en el cristianismo no se limita apenas a aceptar por válida la doctrina, sino por vivir de acuerdo a las enseñanzas.

Ver también Virtudes teologales.

Fe en la Biblia (frases bíblicas sobre la fe)
La fe es definida en el Nuevo Testamento como "la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven" (Heb 11, 1).

Así, tener fe en Dios es creer en su existencia, su omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia; es también creer en su Palabra y las enseñanzas de Jesucristo, transmitidas por medio de la Biblia.

En la Biblia podemos leer algunas frases que reafirman estos principios. Veamos.

Antiguo Testamento:
Por eso, así habla el Señor: Miren que yo pongo una piedra en Sión, una piedra a toda prueba, una piedra angular, escogida, bien cimentada: el que tenga fe no vacilará. Is 28, 16.
Tus testimonios, Señor, son dignos de fe, la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos. Sal 93, 5.
Que nunca te abandonen la buena fe y la lealtad: átalas a tu cuello. Escríbelas sobre la tabla de tu corazón, y encontrarás favor y aprobación a los ojos de Dios y de los hombres. Prov 3, 3-4.
El temor del Señor es el comienzo de su amor, y es por la fe que uno empieza a unirse a él. Ecli 25, 12.
Un hombre inteligente confía en la Ley y la tiene tanta fe como a un oráculo divino. Ecli, 33, 3.
Nuevo Testamento:
Él les respondió: «¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?». Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. Mt, 8, 26.
Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados». Mt 9, 2.
Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: «Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado». Y desde ese instante la mujer quedó curada. Mt 9, 22.
Entonces Jesús le dijo: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!». Y en ese momento su hija quedó curada. Mt 15, 28.
Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: «Trasládate de aquí a allá», y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes». Mt 17, 20.
Jesús les respondió: «Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no sólo harán lo que yo acabo de hacer con la higuera, sino que podrán decir a esta montaña: «Retírate de ahí y arrójate al mar», y así lo hará. Todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzarán». Mt 21, 21-22.
«Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos». «¡Si puedes...!», respondió Jesús. «Todo es posible para el que cree». Inmediatamente el padre del niño exclamó: «Creo, ayúdame porque tengo poca fe». Mc 9, 22-24.
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Mc 9, 42.
Jesús respondió: «Tengan fe en Dios. Porque yo les aseguro que si alguien dice a esta montaña: «Retírate de ahí y arrójate al mar», sin vacilar en su interior, sino creyendo que sucederá lo que dice, lo conseguirá. Mc 11, 22-23.
Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz». Lc 7, 50.
Los Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». Lc 17, 5.
Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe». Tomas respondió: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!». Jn 20, 27-29.
El justo vivirá por la fe. Rom 1, 17.
Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común. Rom 4, 16.
Porque el marido que no tiene fe es santificado por su mujer, y la mujer que no tiene fe es santificada por el marido. 1 Cor 7, 14.
…ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor. 1 Cor 13, 13.
Permanezcan firmes en la fe. 1 Cor 16, 13.
Ahora bien, la fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven. Heb 11, 1.
Lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta. Sin embargo, alguien puede objetar: «Uno tiene la fe y otro, las obras». A ese habría que responderle: «Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe». Sant 2, 17-18.



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