EL PERDON FICTICIO




EL PERDON FICTICIO.-


El perdón NATURAL Y VERDADERO es la avenencia realizada entre variadas partes donde el transgresor reconoce su deuda y el agredido otorga perdón con una disculpa sincera. El perdón envuelve múltiples participantes y no tiene nada que ver con una transacción que yo realizo conmigo mismo, sino que tiene todo que ver con otras personas, las personas contra las que hemos pecado. No todo el que perdona lo hace de manera sincera porque solo busca aliviarse así mismo de la vergüenza y la culpa.


En otras palabras, esa persona solo busca sentirse mejor con el mismo para salir del paso ante el mundo que lo rodea y quedar como un mártir. Por decir así, llegamos a la conclusión que esta pantalla ficticia contiene a su alrededor una aureola de exaltación que manipula la realidad de su propio parecer. Esta situación ocurre cuando el transgresor luego de sembrar la discordia se encuentra cercado dentro de su propio error buscando entonces pretextos para borrar su falta.


A su vez entran en una batalla donde pretenden engañar y satisfacer su “yo” diciéndose: “No sé si algún día seré capaz de perdonarme”, “Todavía no puedo creer que hice eso”. “Así no soy yo, Yo no soy esa clase de persona”. Esto es como decía mi abuela, “te cantas y te lloras” creando una invulnerabilidad construyendo una pared no de cemento y si de, “a mí qué, no me importa”.


Isaías 1:18


Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.


De aquí al “narcisismo” (percepción demasiada alta de nosotros mismos) un paso es porque somos egoístas, orgullosos y ególatras. Es bien importante que ese perdón que damos y que recibimos tenga la entereza que corresponde al amor de Dios y a las promesas cuando lo profesamos de corazón.


No podemos caminar por la vida ofreciendo perdones ficticios con tal de salir del paso. De lo contrario estaremos hiriendo a las personas doblemente y sin piedad. La palabra es clara donde dice: Juan 13:34-35.Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

AMEN

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