LA MUJER DEL FLUJO DE SANGRE
LA MUJER DEL FLUJO DE SANGRE CALCULO EL
MOMENTO DE SU MILAGRO.
Esta historia de la Biblia me fascina de gran manera porque esta dama supo calcular el momento preciso para su milagro. No era fácil su estado, hacían doce años que venía padeciendo de una enfermedad que le amargaba la vida. Estaba desahuciada, no tenía dinero o persona alguna que pudiera ministrarle. No obstante, había oído hablar del gran Médico y de esta manera renació una vez más sus esperanzas.
Su fe estaba intacta y pensó que si tocaba el borde del manto de Jesús, sería sana. Ella le dijo al diablo: “PUEDE QUE HAYAS OCASIONADO QUE ALGO FUNCIONARA MAL EN MI CUERPO, PERO SABES QUE, DIABLO INMUNDO, MI CABEZA TODAVIA FUNCIONA BIEN”. En su mente retumbaban las palabras como gota cayendo sobre una piedra: “Si tan solo tocara su ropa, sanaré, no voy a morir, tengo que hacerlo, no me voy a dar por vencida”.
En su espíritu ella creía en cada fibra de su ser que si tan solo llegaba a Él, sería sana. Del otro lado de la moneda el Maestro se abría paso en medio de la multitud hasta llegar cerca de donde estaba ella, pero había mucha confusión. Con temor a perder su única oportunidad de alivio, se adelantó con su esfuerzo, diciéndose para sí; “SI TOCARE TAN SOLAMENTE SU VESTIDO SERE SANA”.
Y mientras El pasaba ella extendió su mano y alcanzó a tocar apenas el borde de su manto y en aquel momento supo que había quedado sana. Ese no era un toque particular porque allí se concentraba la fe de su vida e instantáneamente su dolor y debilidad fueron reemplazados por el vigor de la perfecta salud.
Ya el milagro estaba consumado, ahora solo restaba que el corazón agradecido de aquella mujer se dejara sentir antes de marcharse de la muchedumbre. Pero, antes de que eso ocurriera Jesús se detuvo, el Salvador podía distinguir el toque de la fe del contacto casual de la muchedumbre desprevenida.
Hallando que era vano ocultarse entre toda aquella gente la mujer se adelantó temblorosa y se echó a los pies de Jesús y con lágrimas de agradecimiento relató su historia de sus sufrimientos y como había hallado alivio. Jesús tomó la palabra, me imagino, debió haber sido un momento grandioso para esta dama cuando El le dijo: “HIJA, TU FE TE HAS ALVADO, VE EN PAZ” .
El no dio oportunidad a que la superstición proclamase que había una virtud sanadora por el mero hecho de tocar sus vestidos, no era mediante el contacto exterior con él, sino por medio de la fe que aferraba a su poder divino como se había realizado la curación.
COMENTARIO
Hay momentos donde tienes que darte el ánimo a ti misma, no puedes quedarte ahí sentada esperando que alguien venga a rescatarte. Recuerda no puedes hacer nada con el ayer, no puedes hacer nada con todos los años perdidos, no puedes hacer nada con el dinero malgastado, no puedes hacer nada con lo que la gente diga. No permitas que nada se interponga en tu camino, párate encima de todo lo carnal que el diablo ponga en tu camino y sigue avanzando hacia Jesús.
Cuando la razón dice que no puedes, la misericordia de Dios te lleva, cuando la ley trata de detenerte, la gracia de Dios te abre una puerta, cuando el mundo dice; “no pasar” el Espíritu de Dios dice; “ADELANTE”. A ti te corresponde insistir, Dios abre camino, el enemigo podrá decirte que es imposible que lo logres, pero recuerda que el diablo es un mentiroso.
“INSISTE PARA LLEGAR A DIOS, NO DEJES QUE NADA TE DETENGA” AMEN
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